Durante miles de años, el yoga ha sido una disciplina que practican personas de cualquier edad y en cualquier parte del mundo. Hay quienes lo hacen como deporte principal, otros por sus beneficios psicológicos y muchos más como parte de su filosofía de vida. Pero aunque casi siempre lo asociemos con adultos, hay una variante creada para los más pequeños de la casa: el yoga para niños. Hoy en Mas Salagros te contamos qué es, cuáles son sus beneficios y algunas posturas básicas con las que tus hijos pueden introducirse, desde pequeños, en el mundo del yoga.
El yoga para niños es una versión de esta actividad aplicada a niños de hasta 12 o 13 años de edad. En este caso, las clases de yoga deben de estar adaptadas con diferentes técnicas para lograr que los pequeños se concentren y pongan toda su atención en la práctica.
La parte física suele basarse en posturas sencillas que no requieran demasiado esfuerzo, mientras que la mental se centra en actividades entretenidas en las que puedan centrarse. Algunas de ellas son colorear, jugar con arcilla o hacer manualidades, dependiendo de la edad del niño o la niña.
La práctica del yoga puede ser muy beneficiosa para los más peques, sin importar la edad. Entre sus ventajas tenemos:
Sumado a lo anterior, si se practica en compañía de alguno de los adultos de la casa, el yoga para niños puede ayudar a estrechar los lazos entre ambos. Además, los pequeños lo disfrutan porque sienten que les dedican un momento exclusivo para ellos, y hacerlo con alguien a quien admiran refuerza la confianza en sí mismos.
Existen cientos de posturas y secuencias de yoga que pueden hacer los niños según su edad y sus destrezas motrices. Te resumimos cinco que, además de su nombre en sánscrito, son conocidas por nombres de animales u objetos cotidianos, por lo que serán más fáciles de memorizar y asociar.
Es la postura base de respiración y consiste en sentarse en el suelo con la espalda recta, las piernas cruzadas y las manos descansando sobre las rodillas.
De pie en la esterilla, se debe inclinar el torso hacia abajo hasta tocar el suelo con las manos, manteniendo la cadera elevada. Hay que evitar doblar las rodillas para poder dejar las piernas rectas y que el cuerpo quede en una especie de triángulo simétrico.
Los niños deben apoyarse en el suelo sobre sus manos y rodillas, y flexionar la columna hacia arriba y hacia abajo, tal como lo hacen los gatos.
Partiendo de una posición boca abajo, se sube el tronco con ayuda de las manos apoyadas en el suelo, hasta que el abdomen quede lo más elevado posible, sin levantar las piernas.
Estando de pie, se coloca un pie sobre la cara interna de la rodilla contraria, haciendo una suerte de triángulo con las piernas. Al mismo tiempo, los brazos se elevan sobre la cabeza juntando las palmas de las manos.
El yoga para niños les ayuda a desarrollar sus destrezas motrices y cognitivas, mientras realizan una actividad diferente que les divierte y entretiene. En Mas Salagros lo sabemos, y por eso nuestras clases de yoga están disponibles para los pequeños de la casa. Mientras ellos disfrutan, los padres podéis relajaros en un circuito de aguas que termine con un relajante masaje, y cerrar cenando en nuestro Restaurant 1497. ¿Preparamos ya vuestras habitaciones?