En un mundo cada vez más digital y conectado, encontrar formas de reconectar con la naturaleza y enseñar a nuestros hijos sobre la importancia de la agricultura puede ser un desafío. Una experiencia que combina diversión, aprendizaje y contacto directo con la vida rural es visitar una granja. Ya sea una granja tradicional, una granja educativa o una granja ecológica, estas excursiones pueden brindar a las familias una oportunidad única de explorar el encanto rural y acercarse a la vida en el campo.
Explorar el entorno natural ofrece una oportunidad única para que las familias reconecten con la naturaleza y entre sí. Además, visitar una granja en familia no solo promete diversión, sino que también brinda una serie de beneficios que puede repercutir positivamente tanto en los adultos como en los pequeños de la casa.
Visitar una granja puede ser mucho más que un simple paseo. De hecho, los pequeños pueden vivir esta experiencia como una aventura en la naturaleza, ya que esta actividad estimula la curiosidad de los niños. En una granja, cada paso es una oportunidad de descubrimiento: desde la emoción de ver a los animales en su entorno natural hasta la posibilidad de cosechar frutas y verduras frescas.
Las granjas son auténticas aulas al aire libre en las que los niños pueden aprender sobre la producción de alimentos de manera práctica y significativa. Y es que visitar una granja puede ser una oportunidad para aprender cómo crecen las plantas, cómo se cuidan los animales y cómo se cosechan los cultivos. Sin duda, esta experiencia puede fomentar su comprensión sobre el origen de los alimentos y la importancia de la sostenibilidad en la agricultura.
Además, visitar una granja también puede transmitir lecciones tan valiosas como el sentido de la responsabilidad. Observar cómo los agricultores cuidan de los animales y las plantas puede ayudar a los pequeños a comprender la importancia de la constancia y el compromiso en el cuidado de la tierra y los seres vivos.
¿Qué podría ser más emocionante que recolectar nuestras propias frutas y verduras directamente del campo? Muchas granjas ofrecen la posibilidad de que los niños cosechen sus propios productos frescos. Esta experiencia es una oportunidad para que los pequeños desarrollen el interés por la alimentación saludable y sostenible.
Uno de los aspectos más emocionantes para los más pequeños es la posibilidad de interactuar con los animales de la granja. Acariciar a las cabras, alimentar a las gallinas, cepillar a los caballos y aprender sobre sus diferentes hábitos y necesidades pueden enseñar el valor de la empatía y el respeto hacia los seres vivos al tiempo que despiertan la curiosidad sobre la diversidad de las especies que conviven con nosotros en el planeta.
Visitar una granja también ofrece la oportunidad de desconectar de las pantallas y pasar tiempo de calidad en familia. En este entorno natural, los niños pueden olvidarse de los dispositivos electrónicos y concentrarse en las actividades al aire libre, jugar y hablar con sus seres queridos.
En Mas Salagros conocemos bien el valor de la naturaleza. Por esta razón, la sostenibilidad rige cada rincón de nuestro EcoResort. ¿Preparados para descubrir todo lo que ofrecemos?
Conocer el origen de los alimentos que llegan a la mesa puede ser una enseñanza de lo más divertida. De hecho, ¿quién no se ha preguntado alguna vez cómo crecen los tomates o cómo ponen huevos las gallinas? Con la visita a la granja y al huerto de Mas Salagros tendréis la oportunidad de resolver alguna de las dudas más habituales sobre la agricultura y la ganadería.
La diversión está asegurada con las noches de cena y cine que organizamos en Mas Salagros durante las épocas festivas y las vacaciones de verano. Además, mientras tanto, los adultos podréis disfrutar de unas horas de relajación en el circuito de aguas y masaje AIRE Ancient Baths Vallromanes.
Los baños de bosque o Shinrin-Yoku son una práctica japonesa diseñada para reducir el estrés y reconectar con el presente. Sin embargo, también son una oportunidad para redescubrir el valor y la belleza de la naturaleza. Por ello, os animamos a realizar esta actividad en familia. ¡Podréis llevaros estos nuevos conocimientos a casa!
Visitar una granja es una experiencia educativa y emocionante que fortalece los vínculos entre todos los miembros de la familia. Además, estas aventuras rurales no solo enriquecen la comprensión de los niños sobre la vida en el campo, sino que también fomentan un amor duradero por la naturaleza y la importancia de cuidar nuestro entorno. Así que si estáis en busca de una actividad familiar y única, ¡visitar una granja puede ser una excelente opción!
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