Trabajar en nuestro desarrollo espiritual es un paso fundamental para sentirnos en paz con la vida tal y como es. Por eso te contaremos estas técnicas de yoga y chakras que te ayudarán a lograr una perspectiva más plena de tu día a día, favoreciendo la armonía energética.
Los chakras, ‘rueda’ o ‘disco’, son vórtices de energía que giran para que la fuerza vital —conocida como prana— fluya a través de ellos. Existen siete chakras repartidos a lo largo de la columna vertebral que conectan con órganos y glándulas específicas, salvando el espacio entre el cuerpo físico y energético.
Si bien los chakras reciben, transforman, ajustan y distribuyen la energía vital en todo nuestro organismo, estos pueden bloquearse o perder el equilibrio. Una de las técnicas más útiles para recuperar la armonía de los chakras es el yoga.
El primer chakra o ‘chakra raíz’ guarda relación con nuestra supervivencia física, de modo que se sitúa en la zona perianal. Asociado al elemento tierra, no hay mejor asana para equilibrar este chakra que vrksasana, “la postura del árbol”. A través de ella no solo trabajaremos el equilibrio, sino nuestro enraizamiento a la realidad física.
Para ponerla en práctica, colócate de pie y lleva el peso de tu cuerpo hacia uno de ellos. Con la mano opuesta, agarra el tobillo de la otra pierna. Coloca la planta del pie por encima o por debajo de la rodilla.
Por su parte, el segundo chakra en yoga se relaciona con nuestra sexualidad personal y capacidad para sentir placer en distintos ámbitos de la vida. Este vórtice se ubica entre la columna y la pelvis, un poco más abajo del ombligo. Por esta razón, si quieres trabajar este chakra, una asana de lo más útil es upavistha konasana, pues trabaja la flexibilidad de la espalda y la ingle.
Toma asiento sobre una superficie llana con las piernas estiradas al frente y la espalda recta. Luego, separa las piernas tanto como puedas e inclina el tronco hacia delante sin redondear la espalda. Asegúrate de que tus rodillas miran hacia el techo y que no se giran hacia delante.
La voluntad y el poder personal son los dos adjetivos que definen al tercer chakra, situado en el plexo solar y parte alta del abdomen. Para trabajar esta zona, “la postura del perro boca abajo” o adho mukha svanasana es ideal, pues permite la activación de todo el cuerpo.
Para realizarla, colócate en cuadrupedia. Desde esta posición, eleva las caderas y apoya las plantas de los pies sobre el suelo, de modo que formes un triángulo con todo tu cuerpo.
El cuarto chakra se sitúa en el centro del pecho, refiere a nuestra capacidad de amar y ser amados y de él nacen —y se nutren— sentimientos como el perdón, la compasión y la empatía. Para estimular estas emociones, expandir el tórax y trabajar la musculatura de los brazos y la zona lumbar, pon en práctica “la cobra”.
Túmbate boca abajo sobre la esterilla y coloca las manos a la altura del pecho, a ambos lados del cuerpo. Empuja el piso y eleva el pecho para ensanchar el tórax.
Situado en la garganta, el quinto chakra atañe nuestra capacidad para comunicarnos con eficacia. De este modo, si queremos estimular la musculatura del cuello y la espalda, halasana puede ser la postura perfecta.
Apoya la espalda y las piernas sobre la esterilla, de modo que todo tu cuerpo quede extendido sobre la misma. Junta las piernas y con un pequeño impulso, eleva los pies hacia arriba. Con un control adecuado del movimiento, deja caer suavemente los pies por detrás de tu cabeza y mantén la postura por unos segundos.
Por su parte, el sexto chakra se ubica en la frente y se relaciona con nuestra naturaleza creativa, así como con nuestra intuición y sabiduría. Para movilizar este vórtice, te proponemos una de las posturas más sencillas de yoga a nivel físico: balasana.
Apoya las rodillas en el suelo y lleva los glúteos hasta los talones. Una vez en esta posición, deja caer los brazos a ambos lados del cuerpo y la frente sobre la esterilla.
El séptimo y último chakra se sitúa en la coronilla y representa nuestra conexión con el Universo. Para movilizar la energía de este chakra a través del yoga, “la postura del medio loto” es una de las más adecuadas. No obstante, lejos de parecer sencilla, lo cierto es que entraña una gran dificultad: conectar con nuestro interior.
Toma asiento sobre una superficie rígida y cruza las piernas. Con las manos, agarra un pie y colócalo sobre el muslo de la pierna opuesta.
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Equilibrar los chakras a través del yoga es una de las técnicas más utilizadas por los yoguis, pues además de movilizar el flujo de energía, también favorece el bienestar físico y mental. ¿Te animas a practicar tu rutina en Mas Salagros?
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