Entre los métodos de mindfulness más usados podemos citar el escaneo corporal. Y es que si bien a menudo pasa desapercibido bajo una simple técnica de relajación, lo cierto es que el body scan y el mindfulness no solo comparten una fórmula similar, sino también múltiples beneficios.
El body scan es una técnica de disminución del estrés relacionada con el mindfulness. Para ello, este método recurre al escaneo de cada zona del cuerpo con el objetivo de conseguir la relajación total a través de la atención plena.
Esta práctica a modo de viaje por todo el organismo es habitual en disciplinas como el yoga nidra y el hatha yoga. No obstante, tanto el body scan como el mindfulness son dos ejercicios que pueden llevarse a cabo tras cualquier actividad física o en cualquier momento de relajación.
No está de más recordar que el día a día, las situaciones imprevistas, los compromisos y las exigencias de la sociedad pueden provocar un aumento del estrés. El body scan y el mindfulness, por su parte, no solo pueden ayudarnos a reducir los altos niveles de preocupación, sino también integrar todas las áreas de nuestra vida.
La técnica del body scan nos permite poner el foco en el presente, conectar con el cuerpo y explorar todo cuanto este tiene para transmitirnos: desde emociones y pensamientos hasta dolor y placer.
Para realizar esta práctica, se recomienda empezar tumbado en el suelo, si bien también es posible adoptar una postura cómoda sentado en una silla. Tras ello, libera toda la tensión de tu cuerpo y deja caer el peso sobre la superficie sobre la que estés. Así mismo, toma conciencia de cada sonido, textura y olor que seas capaz de percibir, integrándose en ti.
Con las palmas de las manos hacia arriba, realiza un par de inhalaciones y exhalaciones profundas y presta atención a cada respiración.
Cuando percibas que has profundizado en tu tranquilidad, lleva la atención hacia el abdomen para comprobar cómo se hincha y deshincha con la respiración. No trates de modificar ninguna inhalación o exhalación, sino aceptar como el aire entra y sale de tu cuerpo.
En la siguiente respiración, contempla los dedos de tus pies y todo cuanto sientas en ellos. Cuando termines con esta zona de tu cuerpo, expande la atención al resto de los pies y asciende, poco a poco, hacia las pantorrillas, las corvas, las rodillas, los muslos, los glúteos y la parte baja de la espalda, así como a la pelvis, los genitales y el bajo vientre.
Recuerda: no se trata de cambiar ninguna sensación, sino de observar sin juzgar. Eso sí, si percibes rigidez, déjala ir.
En este punto, observa la parte delantera de tu cuerpo, como el abdomen, el tórax, las costillas y el pecho, desde donde puedes abrirte a la experiencia de vivir. Tras recorrer estas partes de tu cuerpo, dirígete hacia los hombros, los brazos, los codos, las manos y los dedos, además de las escápulas. Ahora, siente cómo tu espalda se deja caer sobre la superficie, ya sea el suelo o la silla.
Por último, observa las sensaciones que percibes en tu cuello, en tu rostro y en tu cabeza. Lleva la atención hacia la frente, los pómulos y el mentón, allí donde se concentra la tensión del día a día.
Separa los labios y visualiza cómo entra y sale el aire por las fosas nasales.
Para terminar, contempla tu cuerpo como un todo relajado que se diluye sobre la superficie que lo sostiene, en el aquí y el ahora, formando parte de La Tierra. Permítete vivir esta experiencia en una quietud total.
Si, por otra parte, adviertes algún dolor o molestia durante toda la práctica de body scan y mindfulness, lleva la respiración hacia la zona del cuerpo afectada y suaviza la postura. Comprobarás que, poco a poco, el dolor irá desapareciendo.
Una vez hayas finalizado el barrido por todo tu cuerpo, es momento de regresar a la realidad que conoces. Para ello, un par de respiraciones profundas y pausadas, así como el movimiento suave de las distintas articulaciones de tu cuerpo —con los dedos, los tobillos y el cuello, entre otros— será más que suficiente. No obstante, cada persona es única y cada una dedicará más o menos tiempo a este proceso.
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Como puedes observar, el body scan y el mindfulness tienen muchos puntos en común, pues estas dos técnicas pueden favorecer al cuerpo y a la mente por igual. Por tanto, ¿qué te parece empezar a practicarlas en los descansos del trabajo? ¡Seguro que regresas como nuevo!
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